Este tipo de terapia aloja distintas modalidades vinculares: de parejas, filiales, convivientes, entre pares, de amistades.
Puede surgir la necesidad de una consulta en una situación de crisis vincular, frente a desbordes y sufrimientos que se vuelven masivos para las personas involucradas en ello, y por tanto inmanejables. No obstante, también existen consultas que buscan mejorar las dinámicas relacionales para evitar el advenimiento de una crisis.
Algunas de las situaciones que pueden presentarse son: procesos de separación y mediación, duelos, nacimiento de hijxs, “nido vacío”, problemas de “comunicación”, dificultades de desprendimiento de la endogamia, adopciones o procesos de gestación no convencionales, preocupacion por consumos problemáticos y/o comportamientos hostiles de algún miembro, entre otros.
En estos casos, proponemos un espacio de escucha no directiva pero ordenadora, que favorezca instancias de diálogo e intercambio que posibiliten identificar y modificar ciertas dinámicas, fuentes de malestar o conflicto, fomentando la comprensión mutua y el crecimiento conjunto.
Un espacio en el que a través de la palabra se encuentre una dinámica vincular propia y posible a ese sistema, sin que se adecue a ningún modelo de funcionamiento normativizante.